La inmigración, la marcha y el futuro en USA
Después de leer algunas de las notas aparecidas en diversos medios, en particular las de BBC Mundo, uno se hace la pregunta ¿por qué protestaron medio millón de marchistas en Los Angeles, si lo que se pretende es reformar el sistema y ofrecer visas temporales de trabajo? Tal vez parezca una reacción exagerada de la comunidad latina, al inundar las calles con banderas de sus países de origen – mayoritariamente mexicana – o en un hecho inédito en la sociedad norteamericana, que 20 mil estudiantes de secundaria (high school) hayan abandonado las aulas y paralizado las actividades escolares para salir a las calles en protesta contra las nuevas propuestas anti-inmigrantes. Pero la realidad es que el cambio propuesto (y que probablemente sea votado favorablemente) es transformar la cualidad del tipo de delito que se comete al cruzar la frontera sin papeles, estableciendo que los perpetradores son criminales y por ende no pueden ni deben recibir ayuda de nadie, so pena – para estos últimos – de ser considerados cómplices del delincuente y por tanto susceptibles de riguroso castigo.
Este cambio, en la cualidad del delito, abre las puertas para que los hospitales, las iglesias, las escuelas, y no sólo los eventuales empleadores, estén en la mira de la Ley si brindasen ayuda a un inmigrante ilegal (ahora criminal) sin reportarle a las autoridades respectivas. Se trata de dar carta abierta, nacionalmente, a la política que han venido llevando a cabo los racistas en Arizona.
El hecho de que el presidente Bush y un sector de los republicanos, favorezcan un programa de visas temporales, que incluso abran paso a una eventual ciudadanía, es apenas dar un trozo de bizcocho mientras con la otra mano se prepara el garrotazo brutal. Nuevamente se apela a la seguridad nacional, para invocar una política que lejos de beneficiar a los Estados Unidos, será una fuente de tensión, racismo, xenofobia y conflictividad social.
En ocasiones me he preguntado cómo se puede ser tan torpe. No soy de los que creen que tienen la solución definitiva para el problema de la inmigración, ni soy quién para ofrecerla (aunque estoy persuadido que no existe), pero sin duda tengo el suficiente raciocinio para darme cuenta de lo que no se debe hacer y la nueva ley es una clara expresión de ello: no detendrá el flujo de inmigrantes que arriesguen su vida para lograr una vida digna para ellos y sus familias. No impedirá que los empleadores a lo largo y ancho de la nación, renuncien a su margen de beneficios, obtenidos de la mano de obra barata, sin gastos contractuales, ni vacaciones pagadas, ni pagos de trabajo en días feriados o sobre-tiempo, sin seguro médico y pensión. No frenará la inserción en el mercado laboral de una mano de obra dispuesta a ejecutar las faenas que hace mucho la mayoría de los estadounidenses no osaría hacer, en mantenimiento, limpieza, cocina, jardinería, construcción, agricultura, hotelería. En cambio, promoverá el aumento de la discriminación racial y el deterioro de las condiciones laborales. Aumentará la xenofobia, al promover una visión del inmigrante como un enemigo “foráneo”, agente de la inseguridad y causante de los males de la sociedad. Ayudará al desarrollo de amplias zonas insalubres y sin control de enfermedades, ante el legítimo temor
de, al acudir al médico, ser denunciados a las autoridades. Y por último, como ocurre siempre que se ataca a una comunidad homogénea culturalmente hablando, no sólo dificultará la integración a los Estados Unidos, sino que puede propiciar que los latinos se aferren más aún a sus raíces y aumente en ellos el resentimiento social.
La marcha de medio millón de personas en Los Angeles, puede ser apenas el inicio de una jornada por los derechos de los inmigrantes que en cierta forma emule la lucha por los derechos civiles abanderada por Martin Luther King. La responsabilidad de que los asistentes enarbolaran con orgullo las banderas de México, Guatemala, Honduras y de otros países, no recae, aunque suene absurdo, en ellos o los organizadores de la movilización. Es la reacción que cualquier político sensato (no sé si existen) debería esperar de una comunidad que ha escuchado durante un buen tiempo que se la tilde de floja (son los que trabajos más pesados hacen), ladrones (vienen en búsqueda de trabajo huyendo, entre otras cosas de la delincuencia en sus países), no se integran ( sus hijos hablan inglés y en ocasiones pierden o no hablan el español, muchos han muerto en Irak, han enriquecido la vida cultural de Estados Unidos, gustan del fútbol americano, y al igual que los irlandeses, los italianos, los griegos, los judíos, los polacos, los chinos, los vietnamitas, los coreanos, los indios – que conforman, entre muchas otras, las nacionalidades de las que se ha formado este gran país, nación de inmigrantes -, mantienen partes de su legado cultural, que es integrado a la sociedad, creando, eso sí es verdad, un nuevo Estados Unidos, mucho mejor y diverso, una síntesis más globalizadora aún que, el futuro lo dirá, producirá nuevos y brillantes músicos, actores, científicos, ingenieros y por supuesto, ciudadanos.)
Esta nueva ley es otra torpeza más, de raíces xenófobas, al camino de equivocaciones y graves errores que oscurecen el panorama del país. Por otra parte y para finalizar, me gustaría que quedara clara una cosa: la inmigración ilegal, sea ésta en Europa o América del Norte, es parcialmente el precio que pagan los países poderosos del primer mundo, al saqueo de las riquezas de continentes enteros (África) o la complicidad con gobiernos corruptos y totalitarios, pero dóciles con cualquier manipulación que sirviera a sus intereses o a la indolencia, total y absoluta frente a las economías y realidades en el Tercer Mundo. Las razones que llevaron a los que hoy conforman la nación norteamericana a vencer las adversidades y construir a los Estados Unidos, fueron las mismas que hacen que mexicanos, dominicanos, centroamericanos, colombianos, venezolanos, peruanos y otros tantos, lleguen a esta tierra intrépida y dinámica. Y como siempre ocurrió, han llegado para bien, de Estados Unidos y su futuro.
¡Qué articulo tan bueno éste que escribiste! Esclarecedor para los que no estamos muy empapados de la ley y sus repercusiones, y contundente, como eres tú con tus opiniones e ideas.