Esta es la única nota de hoy
Hoy no tengo ganas de escribir. O mejor dicho, si dejo hablar a mi odio, las palabras serían un mal testimonio de oscuros momentos.
Las malditas redadas continúan. Son razias, humillantes y cargadas de racismo. Buscan preferentemente a “hispanos”. Van a supermercados, obras en construcción, fábricas. Generan un clima de terror. Entre tanto, un niño hispano de 16 años fue golpeado y violado en Texas, por dos jóvenes blancos a quienes no les gustó que un latino tuviese la pretensión de besar a una joven blanca en una fiesta. Después de golpearlo e insultarlo por ser latino, le introdujeron un tubo, destrozándole las entrañas. Le rociaron con cloro, para evitar huellas y se fueron creyéndole muerto. El joven está al borde de la muerte y la policía ha detenido a los criminales. A esto conduce el estímulo de los conservadores a los racistas. Se dicen cristianos, son recalcitrantes defensores de la fe y contra el aborto. Van a sus templos, pero predican el odio a lo diferente. Aunque, tras su blanca piel, se esconden ancestros inmigrantes que tuvieron que luchar duro para sobrevivir en norteamérica. Por eso, no me canso de afirmar que son los mismos que odian a los afroamericanos, aunque tienen que “tragarlos”. Sé que son los aleteos del pez fuera del agua, la estúpida ignorancia de quien no acepta los cambios; el primitivo etnocentrismo de quienes serán, a futuro, una minoría. Yo, para quien la Patria es mi planeta y que detesto la xenofobia y la pedantería primermundista, no acepto ni aceptaré jamás, la pretensión de ser humano alguno, que se considere superior o con más derecho que otros. Y confieso, en este momento de repulsión que me invade, que le exijo a un habitante del primer mundo, el doble de respeto, apertura y humanidad. De otra forma, podrá haber nacido en el primer mundo, pero es un cavernícola del submundo, aferrado a su cómodo hábitat, en su estrecha y pobre mente. No sigo, porque diré cosas peores…
Emilio, comparto contigo toda esa rabia que sientes. Ciertamente, además de simple y pura ignorancia, se percibe un miedo a lo distinto, a lo que pudiera ser mejor, a lo desconocido. Gente que ha sido criada con la concepción de que no existe nada más allá de sus costas, a no ser por los negros y negras desnudos que aparecen en la National Geographic o los mexicanos de sombrero grande que sentados duermen la siesta. En un país en el que legalmente te identifican por tu raza, siempre existirá la discriminación y la xenofobia.
Lo que comentas en tu nota de las situaciones de discriminación que se están dando a niveles violentos y de odio extremo son sumamente preocupantes. ¡Cuánta más gente tendrá que sufrir por un asunto de color de piel! ¿En qué mente cabe una cosa así? ¡Es tan absurdo todo esto!