El rincón

El rincónNotas sobre un lugar

La fotografía muestra un rincón. Un fragmento del espacio donde tantas veces, en los últimos 9 años, camino a los diez, hablamos, reímos, lloramos. En nuestro pasado inmediato habíamos trabajado lavando platos en restaurantes, limpiando casas, montando techos, pintando paredes e imaginando un futuro mejor. Antes de entrar en este rincón, vivíamos en Melbourne (no el de Australia). Nuestros hijos de 18 y 9 años, eran el norte, sur, este y oeste de nuestros anhelos, luchas y sacrificios. Nos mudamos a Orlando para mejorar económicamente y crear mejores condiciones y oportunidades para todos, especialmente Carlos y José. Este rincón, ubicado en una zona plebeya, pero digna, ofrecía la cercanía a lo que consideramos eran las mejores escuelas públicas. Eso nos movió a permanecer. Un año tras otro, la esperanza de la ciudadanía que me correspondía, y nuestra inalterable voluntad de continuar aquí para que José tuviera la mejor educación posible y el mayor estímulo para hacer música. Nuestro rincón nos vio, sin vacaciones por años, trabajando duro, estudiando, sonando el saxofón, después la guitarra, luego la eléctrica, poco más tarde el teclado, el bajo, el órgano.
En este lugar se reunió la familia. Fue el refugio en este nuevo mundo, fantástico, duro y retador.

Ahora, nos preparamos para levar anclas. Nuestros hijos, uno en New York y otro camino a Boston, van a buscar, experimentar, siempre con el norte de aproximarse a la realización personal, de sus sueños y anhelos en un mundo complejo, egoísta y no pocas veces cruel.
El apartamento se queda solo. Pronto nos marcharemos Morella y yo. También, a pesar de nuestros casi 60, queremos emprender una nueva aventura. Muchos nos dicen que estamos locos por querer marchar rumbo al norte. Ella ahora es profesora en un college, luego de hacer aflorar de nuevo sus capacidades intelectuales, pero la verdad es que tiene mucho más para dar. ¿Será posible que alguien permita a ese diamante brillar todo lo que puede ? ¿ O será que ser inmigrante de primera generación marcará nuestro destino final? No importa ya. La aventura será contracorriente, otra vez difícil (quién dijo que sería fácil), pero sentimos el temblor interno, la emoción del reto y la esperanza de conocer tantas otras cosas en este país, complejo y fascinante que constituye nuestro hogar ahora.
Esta foto muestra un pedacito de nuestro hogar en Orlando. Aquí nos refugiamos para dedicar lo mejor de nosotros a nuestros hijos. Cuando nos vayamos y cerremos la puerta para siempre, daremos un último vistazo de agradecimiento y recuerdo. Se lo merece.

3 comentarios

  1. Mi hogar, nuestro hogar, creo, está como este Extempforáneo, «fuera de tiempo y lugar», encarnado en el espacio-tiempo, sí, pero móvil; anclado indisolublemente al seno íntimo que guardan los seres a los que siempre se puede llegar y volver. Tendremos siempre un rincón. Cuánto de éste se va con nosotros y cuánto de nosotros queda escrito en sus paredes.

  2. Dónde están ahora?….nosotros seguimos en Caracas…podemos planificar una conversadita por skype o por cualquier otro medio disponible con camarita…un fuerte abrazo…

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